El hombre de la oreja verde
La primera actividad que nos proponen en el seminario es contar de forma teatralizada la poesía de Rodari "Un señor maduro con una oreja verde". Los encargados de llevarla a cabo han sido los profes Rodrigo y Alejandro.
Como habéis comprobado tenemos dos pedazo de actores en el cole.
Una vez que terminó la actuación, fue el turno de nuestros alumnos/as. Estuvieron muy atentos durante el relato y, sentían mucha curiosidad por tener entre sus manos la famosa oreja verde.
Leer con atención lo que cada uno de ellos oyó, porque realmente es una oreja muy singular.
Una vez que terminó la actuación, fue el turno de nuestros alumnos/as. Estuvieron muy atentos durante el relato y, sentían mucha curiosidad por tener entre sus manos la famosa oreja verde.
Leer con atención lo que cada uno de ellos oyó, porque realmente es una oreja muy singular.
Omar escuchó un mensaje de otra galaxia. |
Elena escuchó un río. |
Dani escuchó a un niño que le decía a su madre que de mayor quería ser cocinero, a lo que su madre contesto con un simple "la comida está en la mesa" |
Leo creyó escuchar lo mismo que Samuel, pero nos tranquilizó al decirnos que también oía las sirenas de la policía. |
Daniel escuchó a un vampiro, con los ojos rojos. Nos dijo que estaba implicado en el robo del banco. |
Samuel escuchó la alarma de un banco, y a partir de ahí sugirió que estaban atracando el banco del pueblo. |
Desriee escuchó hablar a un árbol, pero no nos supo decir qué la dijo. |
Un señor maduro con
una oreja verde
Un día, en el expreso de Soria a Monterde,
vi que subía un hombre con una oreja verde.
No era ya un hombre joven sino más bien maduro,
todo menos su oreja, que era de un verde puro.
Cambié pronto de asiento y me puse a su lado
para estudiar el caso de cerca y con cuidado.
Le pregunté: -Esa oreja que tiene usted, señor
¿Cómo es de color verde si ya es usted mayor?
Puede llamarme viejo -Me dijo con un guiño-
esa oreja me queda de tiempos de niño.
Es una oreja joven que sabe interpretar voces
que los mayores no llegan a escuchar:
Oigo la voz del árbol, de la piedra en el suelo,
del arroyo, del pájaro, de la nube en el cielo.
Y comprendo a los niños cuando hablan de esas cosas
que en la oreja madura resultan misteriosas…
Eso me contó el hombre con una oreja verde
un día, en el expreso de Soria a Monterde.
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